Han habido muchos niños
tras las bayas escarlatas
trepando tallo arriba
a la copa del cerezo;
mucha fiesta han encendido
para dar calor al estío;
pájaros y chiquillos
compartieron rica miel
Ha sido inevitable
enmedio de la algarabía
el crujir de ramas rotas,
alfombrándose las hojas
entre céspedes, cardos y campanillas
Al final los bribonzuelos
han saltado del árbol
uno a uno. Buscan por el suelo
lanzan al aire voces
estruendosas carcajadas…
y huyen a grandes zancadas
por las veredas del atardecido…
Queda atrás el cerezo
solitario sobre el páramo,
talvez
entristecido,
no por el dolor de las heridas
ni por los frutos cogidos,
sino porque
al quedar sus ramas sin bayas
pasarán los niños de largo
y los pájaros se irán volandomucho más allá de su talla…
torsdag 5 februari 2009
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