tisdag 21 april 2009

El color

Principios de siglo,
los años pasados

Rebelión en las calles
y prodigios videntes

Las nuevas bastillas
asaltaban las gentes

Hormigueaban los campos
labriegos alzados

Y caos y lloro entre
los soldados

Era el alba, el porvenir,
la nueva era

Coloreaban las noches
Orozco, Siqueiros, Rivera.

Una niña se agrega envuelta
en un halo.

Era fragua y color:
un volcán de pasión Frida Kahlo

De fuego se impregna,
la pintura

Aparece León Trotski
en su destierro

Y le piden su sangre
al final de su andadura
para pintar el color
de la revolución permanente
y de la insurgencia pura.

fredag 17 april 2009

Tetas las de mi madre

El duro bregar
La mala paga
resecaron por fin
aquella fruta nutritiva

Tetas magras
insípidas
por la aflicción y el hambre
Trastornaron
en tetas que dejan tras de sí
para siempre
un crujir de tripas vacías

Tetas indelebles
en el recóndito eslabón
de la memoria
de los cachorros desnutridos
de la patria mía.

Tetas agrias,
donde un día hubo
dulce promesa
de néctar nutritivo.

Patronos voraces
Capataces torturadores
Policías verdugos
Jueces venales!
Volvisteis pálidas,
flácidas, amargas,
de mi madre sus preciosas tetas

Hay añoranza de una patria nueva
Permanentemente insurreccionada

Una patria sin opresores,
sin explotadores
Patria
sin justicia privatizada
de política incorrupta
de presidentes honrados

Patria
sin poetas cruxificados,
sin obreros macilentos,
sin niños de la calle
Totalmente nueva,
donde vuelvan a ser fruta
suculenta, nutritiva,
donde se colmen de leche dulce
nuevamente y de miel
las tetas de la madre mía

torsdag 9 april 2009

Los quinientos años del "Coyote Cojo"

Del tronco Coyoteca que se desprende directamente de la corriente Chichimeca, una rama vino a culminar con Netzahualtcoyotl de los Aculhua en plena época previa a la conquista. Otra rama se extendió a lo largo de la costa del Pacífico, confundida entre las huestes pipiles de Topiltzín Atzítl, luego que los seguidores de Quetzalcóatl fuesen expulsados de la Ciudad de las Garzas y los tulipanes por los acólitos de Hutzilopotcli, el Colibrí Zurdo, tiránico devorador de corazones palpitantes.

Entrada la época llamada por la doctrina vencedora: "el tercer milenio", Coyote Tuerto, Coyote Manco y Coyote Cojo, sentados estaban a la escasa sombra de un jucumico que les protegía del sol de después de mediodía. Disponíase el sínodo de brujos a celebrar el rito tradicional, imperiódico pero habitual, de someter las mutilaciones que les legó la última guerra a una sarta de conjuros, análisis independientes e imprecaciones preñadas de vaho etílico sacramental, que se utiliza con efecto analgésico, moralizador y premonitorio del futuro, capaz de escudriñar y tener un vislumbre del aciago porvenir de las masas del pueblo…

En otro montículo cercano, situado enfrente de ellos, laboran afanosamente un grupo de jóvenes arqueólogos extrañamente de cabezas negras y aspecto aindiado. Han descubierto que bajo la capa superficial yace una pirámide truncada y se esfuerzan por redescubrirla…

Siguiendo la estela de un recóndito instinto, parte integrante de su personalidad ávida de independencia, Coyote Tuerto tomó la botella de chaparro que colgaba de una rama baja del árbol, le retiró el tapón de olote conque estaba tapada, tiró un escupitajo lo más largo que pudo y con la vista puesta en lo que sucedía en la colina cercana dijo en voz alta: -por lo menos ahora, las raices de nuestra historia será desenterrada por arqueólogos autóctonos!
-Sí, pero no te olvidés que la tecnología la ponen los gringos…! -le refutó con despecho Coyote Manco.
-Ojalá excavaran con el mismo denuedo en La Cayetana y El Mozote! -repitió con aire sombrío Coyote Tuerto y se mojó el paladar con el destilado de chicha de maíz, inclinando suavemente la botella sobre sus labios.

Coyote Cojo les escuchaba en silencio mientras desdoblaba con emoción contenida un papel que andaba llevando en la bolsa de la camisa y cuando hubo silencio les dijo: -escuchen la carta que escribí a los quinientos años!… - y leyó:

Ilustrísimas estructuradores
interpretadores y guías
de la cosmogonía
que una vez fue
y no pierde las esperanzas de volver a ser
el más poderoso imperio
en cuyas posesiones jamás ocultábase el sol

Honrados y pontificados
representantes del Supremo Hacedor,
padre de la Pachamama,
vencedores de infieles, abanderados de la fe,
azote de la heregía…

Hoy que celebrais con vastas algarabías,
quinientos años que el arrojo de
el que reclamaba calzar espuelas de oro,
y los audaces que le subsiguieron
sujetó a vuestra soberanía
ilimitadas tierras con su gente,
hijos del cobre y el jaguar
"por la santa voluntad de la divina providencia":

Propicio es hablar con el corazón abierto
como las corolas abrían sus pétalos hacia el sol,
francamente,
en la hoy sepultada Cuscatlán,
para hablar lo justo
y daros las merecidas gracias
como os debemos desde hace quinientos años,
cuando vuestra espada sempiterna
liberonos de pagana barbarie que es
la comunión con la naturaleza
para arrojarnos a la exelsa luz
del oscurantismo de la humanística
que hasta hoy nos alumbra como antorcha inextinguible

Yo, heredero Coyote de aquella progenie cerril
por vos redimida;
ante tu aún augusta presencia os digo:

Gracias por las nuevas cosas que trajiste contigo:
la rueda industrial, el caballo, la pólvora,
la imprenta, el papel, el acero,
el arado, los bueyes…,
porque todas esas cosas sólo las teníamos sospechadas
en las aulas del Calmecac
mediante la discusión teosófica
con el apoyo de los viejos más viejos
de los nahuas

Gracias porque trajiste contigo
el recuerdo de Quetzalcoatl,
el que fue mensajero de fraternidad
de otras partes del mundo para la gente nuestra

Por someternos a tu política impredecible,
a tu economía indescifrable,
agradecemos, porque así conocimos
cóleras más terribles
que el insaciable devorador de corazones humanos

Por despreciar el honor de la guerra,
gracias,
porque pudimos ver allí
la parte carcomida de tu espíritu
y la esencia mercantil de tu política

Gracias por las viruelas, la tuberculosis
y la explosión de enfermedades irreconocibles
porque conocimos tu arma de exterminio en masa

Gracias por tus matemáticas
aunque ignorabas el significado esotérico
de la sifra cero

Por tu cosmografía, gracias
aunque la tierra,
plana,
la situabas en el centro,
sostenida por cuatro elefantes,
y los elefantes
nunca explicaste sobre qué

Gracias por la teología de vuestros monjes
porque supimos que existe un dios
que ignora la armonía espiritual
entre el hombre y la madre tierra

A tu desmedida hambre de oro
agradecemos, porque conocimos
los abismos a que empuja a los hombres
la codicia de otros hombres

Por escupirnos, por castrarnos,
por esclavizarnos, gracias,
porque nos empuja a luchar por la vigencia
de la plena dignidad humana

A que violaste mis hermanas vírgenes
agradecemos
porque
mostraste no ser dios
en tu cópula inicua

Por marcarnos con fierros candentes
como a bestias,
gracias,
porque lo sentimos con conciencia de hombres


Gracias
a que después que atesoraste
las más grandes riquezas
que nación alguna robara a otras,
te convertiste
en la pordiosera de la comunidad de naciones;
porque reafirmamos la moraleja:
"riqueza mal habida, es mal aprovechada"

Gracias a que a los despojos que dejaste tras de tí
vino a posarse el águila del norte,
fue que entendimos el destino de todo hombre:
rebelión contra todo imperio

Y a que te empecinaste a celebrar
con grandes fastos
estos quinientos años que han pasado
damos gracias,
porque te mostraste
esclavizada a la menopausia y la ninfomanía

Gracias
a que de esta larga noche que nos sumiste
alzaremos un sol que brillará su propia luz
y para siempre

Igualmente gracias
a las castas de hombres que intentaste:
blancos, peninsulares, criollos,
mestizos, negros, indios, mulatos,
sambos, lobos, coyotes, salto atrás,
etcétera, etcétera,
porque así confirmamos
que todos somos hermanos
hijos de un sólo vientre
oceánico y biológico

A la corrupción de la política
que dejaste damos gracias,
porque se vé mas claro la senda de José Martí,
hacia donde América y el hombre dignos sean.


Coyote Cojo terminó de leer y no pudo disimular una mirada urgida de aprobación hacia sus interlocutores.

-Opino que es un lenguaje por demás ambiguo! - expresó Coyote Manco mientras se levantaba de su asiento.

-Opino igual -agregó Coyote Tuerto -, pero también respeto la libertad de expresión; mi opinión no es verdad absoluta! -agregó.

-Dices bien! -repitió Coyote Manco.

Sobrevino un silencio prolongado, porque nada dijo Coyote Cojo.