måndag 23 mars 2009

Hojas sueltas y semiclandestinas

Abatidos los hacedores de versos
por los embates
de la economía y las maquinaciones

Sin embargo los unos
recogen las hojas
que dejan los otros tras de sí,
porque son pan
para las almas hambrientas


Insomes en las sombras de la noche
negra y azul
porque han perdido la fe
en la prensa del statu quo,
cogen las hojas que circulan
y leen allí
apoltronados en rincones
lúgubres de las catacumbas;
y leyendo se dan cuenta;
que no lograron apagar
(los editores del establecimiento)
la fragua del verbo,
la palabra liberadora…

Perros indóciles
que han mascado sus amarras,
las hojas sobre el asfalto, ruedan,
llevadas por ráfagas sin rumbo
hacia quien las quiera tomar;
escapadas de la hoguera inquisitoria,
desprendidas, talvez,
de un ocaso indetenible
o quizá de un sol que apenas nace;
hojas que en la interperie,
batidas de lúgubres tinieblas
aplacan sin embargo
el hambre de los espíritus, porque,
arropan en su seno un germen de luz,
hojas semiclandestinas
de los bohemios
que medran en la noche
profunda que media
en el ser y el no ser, que subsiste
entre la lucha por sobrevivir
y la desesesperanza

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